Historia con un monstruo



Maela tiene su miedo en un monstruo: se llama verano

Hay pliegues en su torso, cerrados y también las puertas, las cortinas de la casa,

Recorre el tiempo con el tamaño oscuro, inmenso de la sombra

- - No hay calor – repite adicta al turbo y despeina el mojado tejido rojo inventado de su pelo, salado surtido de formas,

muslos.

Rellena almohadas, en colores claros, es un hobby, algún gato la molesta

Hierve la noche en febrero, Maela prepara el salto, el vacío, hace un giro grande, cae, sola como un prejuicio sobre la silla que mece y cruje y también cae.

Cientos de gatos y se acercan, ya no hay sol, eso es bueno, abre entonces el monstruo sus fauces tibias, húmedas de viento norte, llenas de fragor de verano y retirada.

El hombre del noticioso transpira la falla en el aire central del estudio, una que fue hallada tiesa por peso y abandono, uno que fue muerto a cuchillos en Acebal, uno que avisa se va a tirar, se tira, se va a tirar:

Parece mentira, hay montones de gente así.



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Estamos vivos y es lo unico que necesitamos para empezar. J.Leeds